Muerte en la vicaría, de Agatha Christie

13 agosto, 2017

| | |
Nos hemos acostumbrado a un estilo muy determinado para las novelas negras y para las series policíacas, o para las novelas policíacas y las series negras, según queramos usar un adjetivo u otro para hablar del suspense y la investigación de crímenes. En ese esquema siempre hemos encontrado la figura de una mente capaz de resolver cualquier misterio, sea un agente de policía, un colaborador especial en algún cuerpo de la ley o el célebre detective privado, al estilo del ya mítico Sherlock Holmes. A pesar de ello, Agatha Christie (1890-1976) planteó en sus novelas a un tipo de personaje alejado del estereotipo de los cánones del género hasta el momento: Miss Marple.

La primera novela en la que este peculiar personaje apareció fue Muerte en la vicaría (1930), donde ocupa un lugar secundario, pero muy relevante para la investigación del caso. La historia, narrada a través de las palabras y el punto de vista del vicario de Saint Mary Mead, pone de relieve la tranquila vida de un pequeño pueblo inglés donde nunca pasa nada y todo el mundo conoce los entresijos vitales de cada uno de sus vecinos, hasta que un asesinato los hace sospechosos. El coronel Lucius Protheroe es la víctima, una víctima tan deseada que hasta el protagonista y narrador llega a mencionar que su muerte sería un favor al mundo. El arrepentimiento de estas palabras llegará pronto, cuando su cadáver sea encontrado en su despacho.

Así arranca este intrigante relato de suspense que, como es habitual en el género, comienza a desgranar otra serie de tramas escondidas a los ojos de los protagonistas, pero que tienen relación con la vida de quienes le rodeaban. Lo que ha variado respecto a lo genérico es el ámbito: un pequeño y tranquilo pueblo frente a las parejas más exóticos o las grandes ciudades. Y también que quien resulte ser más avispado no sea ningún experto investigador o algún miembro de los cuerpos del orden, que vuelven a resultar algo inútiles o excesivos en su comportamiento, sino una vieja solterona que desde su casa observa al mundo y sospecha, siempre sospecha.

Resulta curioso acercarse a la lectura de Muerte en la vicaría desde nuestros ojos actuales, sabiendo que el personaje de Miss Marple podría ser considerado como un célebre arquetipo ideado por Agatha Christie, pero que en esta obra está bastante apartada de la acción primordial, aunque sus puntos de vista y consejos serán los que guíen el rumbo de la investigación principal. Por ello, el interés de la trama se desvía en ocasiones a los puntos de vista del vicario, a su relación matrimonial o a la opinión que el propio personaje va desarrollando en torno a los hechos. En el fondo, llegamos a conocer bien al personaje, incluso sus dudas secretas, algo bien logrado por Christie al alejarse de la tercera persona o del narrador testigo más impersonal.

Gracias a sus continuos contactos con el resto de la población tendremos una buena perspectiva del devenir de los acontecimientos, no solo relacionados con el asesinato, sino también con otras historias que hubieran pasado inadvertidas sin este cruento hecho: el regreso a casa de una madre, la presencia de un estafador en el pueblo, el ladrón del cepillo de la iglesia, la tentación del amante pintor, las turbias relaciones entre madrastra e hijastra, el primer interés amoroso de unos jovenzuelos o la perspicacia de una vecina quizás demasiado fisgona.

Como en otras ocasiones, la autora sorprenderá por el giro de los acontecimientos atando todos los cabos y mostrando que siempre es difícil tanto adivinar la resolución del caso como comprender las distintas condiciones del ser humano. A pesar de su apariencia ociosa, las novelas negras, y las de Agatha Christie en concreto, son una excelente oportunidad para ver los límites del ser humano, para cuestionarse sobre nuestras ambiciones, sobre nuestros secretos o sobre el rumbo de las relaciones humanas. El retrato que realiza la mirada de Miss Marple no es amable, pero ante el crimen no existe amabilidad: la sombra de la sospecha pende siempre sobre todos, porque en todos hay cabida para un lado oscuro.

Escrito por Luis J. del Castillo



0 comentarios :

Publicar un comentario

¡Hola! Si te gusta el tema del que estamos hablando en esta entrada, ¡no dudes en comentar! Estamos abiertos a que compartas tu opinión con nosotros :)

Recuerda ser respetuoso y no realizar spam. Lee nuestras políticas para más información.

Lo más visto esta semana

Aviso Legal

Licencia Creative Commons

Baúl de Castillo por Baúl del Castillo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

Nuestros contenidos son, a excepción de las citas, propiedad de los autores que colaboran en este blog. De esta forma, tanto los textos como el diseño alterado de la plantilla original y las secciones originales creadas por nuestros colaboradores son también propiedad de esta entidad bajo una licencia Creative Commons BY-NC-ND, salvo que en el artículo en cuestión se mencione lo contrario. Así pues, cualquiera de nuestros textos puede ser reproducido en otros medios siempre y cuando cuente con nuestra autorización y se cite a la fuente original (este blog) así como al autor correspondiente, y que su uso no sea comercial.

Dispuesta nuestra licencia de esta forma, recordamos que cualquier vulneración de estas reglas supondrá una infracción en nuestra propiedad intelectual y nos facultará para poder realizar acciones legales.

Por otra parte, nuestras imágenes son, en su mayoría, extraídas de Google y otras plataformas de distribución de imágenes. Entendemos que algunas de ellas puedan estar sujetas a derechos de autor, por lo que rogamos que se pongan en contacto con nosotros en caso de que fuera necesario retirarla. De la misma forma, siempre que sea posible encontrar el nombre del autor original de la imagen, será mencionado como nota a pie de fotografía. En otros casos, se señalará que las fotos pertenecen a nuestro equipo y su uso queda acogido a la licencia anteriormente mencionada.

Safe Creative #1210020061717